SABIDURÍA, MAGIA Y VIDA EN LA PINTURA DE PÉREZ AGUILERA.
Cada vez que miro una de las obras de Miguel Pérez Aguilera descubro nuevos mundos, imágenes mágicas que van cambiando según mi estado de ánimo. Esta metamorfosis visual e interna es posible gracias a la maestría que impregnan los cuadros del maestro. Porque no sólo son imágenes creadas desde la pureza de la pintura, también son lecciones mismas de lo que es una obra de arte. Al alejarse de la figuración, las abstracciones de Aguilera huyen de la representación, para concluir en la presentación, que es en definitiva y bajo mi punto de vista, a lo que debe aspirar toda obra de arte.
Cuando tengo la suerte de contemplar la obra de Miguel Pérez Aguilera descubro, como el que se asoma a través de las zarzas de un viejo bosque, innumerables notas musicales en perfecta armonía de color y forma, espacios infinitos que salen más allá del lienzo, magia y vida que serpentea en el plano del cuadro.

Antonio García Villarán.
Sevilla, 19/nov/2012.
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